martes, 25 de febrero de 2014

Entrenamiento en el Parque de Tres Arroyos

El pasado sábado decidí realizar el entreno del fin de semana (la tirada larga) en el Parque de Tres Arroyos, también conocido entre los pacenses como San Isidro, por encontrarse allí la ermita en honor a este santo. Es una auténtica gozada entrenar allí, pues a solo 4 kilómetros del casco urbano te sumerges de lleno en plena dehesa, algo impagable para todos aquellos a los que nos gusta el contacto con la naturaleza.
Charca de Tres Arroyos
Además, a pesar del tono plomizo que durante gran parte del día presentó el cielo pacense, la mañana fue completamente soleada, por lo que daba gusto estar allí. Además de la ya comentada belleza de este enclave natural, este sitio presenta múltiples atractivos para entrenar, debido a lo variado del entorno. Podemos encontrar anchas pistas forestales en muy buen estado, cuestas no muy exigentes, tramos de senderos, y alguna que otra zona de terreno roto, con rocas sueltas y raíces, perfectas para practicar algo de "trail running" sin muchas exigencias. En ningún caso encontraremos zonas excesivamente técnicas, por lo que es un sitio accesible para cualquier corredor aburrido del asfalto y los parques o que quiera hacer sus primeras incursiones en el mundo del trail, por lo que no es necesario el uso de calzado específico. Dicho esto, a mí me gusta más "abusar" de los senderos y trochas, y salirme de los caminos principales, por lo que siempre que entreno allí uso calzado de trail, algo que este pasado fin de semana era más que recomendable, pues en algunas zonas había mucho barro acumulado debido a las copiosas lluvias de este invierno. 
Por último, destacar que es una zona en la que se convive en perfecta armonía con senderistas, ciclistas y familias que van a disfrutar de un día de campo, aunque de vez en cuando también te puedes encontrar con algún quad o moto de cross destrozando el terreno y los oídos del personal, en cuyo caso dicha  convivencia ya no es tan armónica. Son muchos los fines de semana en los que el Club Atletismo Badajoz organiza quedadas para entrenar allí, con grupos de distintos niveles en función del ritmo y número de kilómetros a realizar, por lo que si estás aburrid@ de correr en la ciudad siempre puedes pasarte por allí y unirte, seguro que repites. 

viernes, 21 de febrero de 2014

¿Calidad o cantidad?


Nos asomamos a otro fin de semana y, como casi siempre, la oferta de carreras es bastante variada, por lo que todo aquel o aquella que tenga ganas de ponerse un dorsal y competir lo tiene fácil. En alguna ocasión he debatido con algunos amigos y conocidos sobre este tema, sobre lo saturado que está el calendario de carreras, hecho que provoca la coincidencia en fechas de muchas de ellas. No existe ciudad, pueblo o barrio que no tenga su media maratón, su 5 km, su 10 km, su cross popular, etc., por no hablar de las carreras con fines solidarios. Esto, que a priori es una buena noticia para todos aquellos a los que nos gusta quemar suela, puede acabar cansando al personal y haciendo que algunas de estas pruebas no cumplan muchas ediciones. Por no hablar de la calidad de algunas de ellas. Me gusta correr, en cualquier parte y en cualquier circunstancia, pero desde el momento en que pago por un dorsal, creo que tengo derecho a recibir a cambio un mínimo de calidad, y no me refiero a si la camiseta conmemorativa es de tejido técnico o de algodón, o si en los avituallamientos hay solo agua o bebida isotónica, frutas y barritas, sino que pido un mínimo de organización y coordinación: Dorsales limitados para evitar masificación, un recorrido mínimamente atractivo, personal que vele por la seguridad de los corredores, posibilidad de ducharte tras la prueba, etc., no me parece de recibo apuntarse al carro del "running" pensando en hacer caja o "abusar" de la solidaridad. No se trata ahora de hacer leña del árbol caído, pero en recientes fechas hemos sido testigos de un ejemplo de lo que no debe ser un evento deportivo, con ausencia de personal de protección civil durante el recorrido y usando cualquier utensilio para cortar las calles, de forma que uno no sabía muy bien si había una carrera o una protesta ciudadana con barricadas; esperemos que la experiencia sirva para mejorar. En Extremadura no somos ajenos a esta tendencia, y hay fines de semana, como este que comenzamos, en el que son varios los frentes abiertos. En Coria se disputará la "Media Maratón Ciudad de Coria", Valdelacalzada acogerá la "Media Maratón Valdelacalzada en Flor", y en Guadalupe tendrá lugar la tercera edición de la "Media Maratón de Montaña Puebla y Villa de Guadalupe". Me planteé tomar parte en esta última, pero la cercanía de fechas con la carrera de montaña Ciudad del Granito y la Media de Mérida me hizo renunciar finalmente, pero para el año próximo ya está en la agenda. Esta carrera es la antítesis de aquello que critico, y algunos deberían tomar nota: Un recorrido cuidado, un trato al corredor excelente, un entorno privilegiado y el buen trabajo del club Guadalupe a Fondo hacen que los trescientos dorsales disponibles vuelen y el próximo domingo se den cita allí corredor@s de distintas provincias españolas dispuest@s a pasar una jornada de atletismo inolvidable. Creo que la conclusión está clara: Si no tienes la capacidad para organizar algo con un mínimo de calidad, mejor no lo hagas, en este caso, aquello de "lo importante es que hablen de un@ aunque sea mal" no es lo más recomendable.

viernes, 14 de febrero de 2014

261

La edición de 2013 de la Maratón de Boston será tristemente recordada por el hecho de que dos extremistas decidieron usarla como escenario para difundir sus reivindicaciones políticas, rompiendo en pedazos las ilusiones que este bello deporte que nos une provoca en nosotros. La maratón de Boston no es una carrera cualquiera, sino que es la maratón más antigua del mundo, una tradición con mayúsculas en estado puro que, desde 1897, cada mes de abril  logra que miles de "runners" acudan en masa a disfrutar de este evento. En la edición de 1967 hubo alguien que cambió el rumbo de esta carrera rebelándose ante una injusticia que ya duraba demasiado.
KV Switzer se inscribió en esta carrera destinada en exclusiva a deportistas varones solo con sus iniciales para no ser descubierta y le asignaron el dorsal 261. El resto es historia. La imagen de uno de los comisarios de carrera tratando de detenerla quedaría para la posteridad, fue como si alguien intentase detener el viento. Kathrine Virginia Switzer, una "rebelde con causa", había escrito una de las páginas más bonitas de la historia del atletismo mostrando el camino a todas las luchadoras que vendrían después, muchas de ellas hoy, en pleno siglo XXI, discriminadas en distintos aspectos vitales; el mensaje estaba claro: "Si existe una injusticia enfréntate a ella hasta derrotarla y no dejes que nadie te detenga". El próximo 30 de marzo Mallorca acogerá la "261 Women´s Marathon" para rendir homenaje a "Kathy" y a todas aquellas que la siguieron en lo que será una gran fiesta del atletismo que tendrá a las mujeres como protagonistas. Cuando hablamos de maratón solemos dudar a la hora de elegir el género y lo hacemos indistintamente en masculino (el maratón) y en femenino (la maratón), pues ambas formas son aceptadas como correctas. Por lo que a mí respecta, nunca tuve ninguna duda.

http://kathrineswitzer.com/runner/accomplishments/261-fearless/



domingo, 9 de febrero de 2014

Crónica III Carrera de Montaña Ciudad del Granito (Via Crucis por la Sierra de los Arrazauces)

Perfil de la carrera
Después de pensármelo mucho durante las semanas previas, decidí inscribirme en esta preciosa pero dura carrera de montaña. Las previsiones metereológicas anunciaban lluvia y viento (la enésima ciclogénesis tenía previsto deleitarnos con su presencia este loco domingo de febrero), por tanto, durante la semana me fuí mentalizando: tocaría tirar de épica. Llego a Quintana a las 10:00 h. de la mañana, una hora antes de la salida, y tras los pertinentes saludos a los conocidos que ya estaban allí, recojo el dorsal, me cambio tranquilamente y caliento un poco (ya habría tiempo de entrar en calor). El termómetro marcaba 7ºC, el sol ni estaba ni se le esperaba, y el viento se había colado en la fiesta, así que decido ponerme camiseta interior bajo la blanquinegra, manguitos, guantes y bandana para proteger el cuello. La salida se produce con puntualidad inglesa, y a las 11:00 de la mañana somos en torno a 80 l@s "loc@s" que nos dirigimos a conquistar (por dos veces) el alto de Cantalcuco y alguna que otra rampa más que también se las trae. La primera parte de la carrera es prácticamente llana y los que van a disputar la victoria final se destacan desde el inicio a buen ritmo. Mi paso por el km.5 lo hago en 20:14, a poco más de 4 minutos el kilómetro. No me había puesto ningún objetivo concreto en esta prueba, pero confiaba en terminarla por debajo de las dos horas y media, por lo que consideraba que ese ritmo estaba muy bien.
A partir del kilómetro 8 empieza la "diversión", giro a la derecha y a trepar. Cada paso suponía sumergir el pie en el barro, algo que a esas alturas era lo de menos, pues en la parte llana tuvimos que cruzar un par de arroyos que, debido a las últimas lluvias iban bien cargados de agua, por lo que los pies iban mojados y fresquitos. El paso por el kilómetro 10 lo hago en una hora, por lo que sigo dentro del ritmo "objetivo". Tras una zona preciosa repleta de subidas y bajadas por trochas y cortafuegos la fina lluvia que nos acompañó desde la salida se torna en un chaparrón de cierta intensidad que unido al viento que ya soplaba en contra hacía las "delicias" de los que somos más calurosos. En las bajadas recupero y, arriesgando bastante, aprovecho para adelantar a los corredores que me habían superado en las subidas. Ya bastante justo de fuerzas afronto la rampa que me llevará al último control de paso, llevo dos horas corriendo y estoy convencido que voy a entrar en meta en torno a 2:30...nada más lejos de la realidad. En la última bajada, la más técnica del recorrido, me lanzo pendiente abajo con todas mis fuerzas (las pocas que me  quedaban) y afronto la parte más fácil del recorrido, que para mí sería un auténtico castigo.
Me resbalo al pisar una piedra y noto un pinchazo en la parte posterior del muslo que me deja clavado y me obliga a terminar la bajada andando; adiós a la opción de recuperar posiciones, la hilera multicolor que me precede y que tengo "a tiro" gracias a la vertiginosa bajada que he hecho se aleja y les pierdo. Al llegar a la parte llana los calambres en ambas piernas y el pinchazo en el muslo me impiden correr y, prácticamente andar, y me planteo incluso el abandono, pero esa palabra no está en mi vocabulario: si me caigo diez veces...me levantaré once, así que me paro a estirar y poco a poco enfilo andando el camino hacia la meta bajo la lluvia y con el viento en contra mientras uno tras otro, me van superando corredores que me animan al pasar a mi lado. En esos momentos tan duros empiezo a ver la parte positiva de todo esto, es lo que tiene ser un optimista patológico, y convencido de que voy a quedar el último, hago mías las palabras del gran Mathieu Hermans  (los que seáis aficionados al ciclismo recordaréis a este gran sprinter holandés de los años 80´s), varias veces consecutivas farolillo rojo final de la clasificación general del Tour de Francia: "Si no vas a hacer pódium, es mejor quedar el último, al menos te da más publicidad; nadie se acuerda del décimo clasificado". Los cinco kilómetros que había recorrido en 20 minutos hacía "un rato" tardo 35 en recorrerlos a la vuelta, y después de mucho sufrir, al menos me quedan fuerzas para emprender un ligero trote durante el último kilómetro y medio y entrar en meta mojado, con frío y con las piernas rotas de dolor. Nadie dijo que fuese fácil. Ahora toca recuperarse e iniciar la cuenta atrás para la Media Maratón de Mérida. Keep on running !!

martes, 4 de febrero de 2014

El hijo del frío

Hubo un tiempo en el que el atletismo de fondo no estaba dominado por un solo color; hubo un tiempo en el que en la línea de salida la equipación verde y roja de Etiopía o la rojinegra de Kenya no eran las que más respeto infundían; hubo un tiempo en el que la tiranía no llegaba de los cálidos países africanos. En ese tiempo en la línea de salida se miraba con cierto temor a esos tipos rubios y de tez pálida que vestían de azul y blanco, hubo un tiempo en el que la citada tiranía venía de otras latitudes más frías. Hannes Kolehmainen, Ville Ritola, Ilmari Salminen, Taisto Mäki o el inolvidable Paavo Nurmi fueron los precursores, este último conocido como el finlandés volador y que dió nombre a toda una saga de corredores procedentes del país escandinavo.
El último representante digno de ese apodo fue el gran Lasse Viren. Este espigado corredor de elegante zancada logró proclamarse campeón olímpico en 5.000 m. y 10.000 m. en la olimpiada de Munich 1972. En la prueba de 10.000 m. sufrió un tropezón y dió con sus 180 centímetros de altura en el suelo, aún así, se levantó y siguió corriendo imparable hacia la medalla de oro a  la vez que batía el récord mundial de la distancia. Cuatro años después, en la Olimpiada de Montreal 1976 volvió a proclamarse doble campeón olímpico en las mismas distancias. Finlandia es un país donde el atletismo es una auténtica religión, no solo en cuanto a cantidad de practicantes, sino de seguidores que acuden en masa cuando tiene lugar algún evento deportivo. Sin embargo, la falta de un referente durante tantos años ha hecho que, poco a poco, otras disciplinas atléticas hayan ido desplazando a la carrera de fondo del lugar que ocupaba, sobre todo el lanzamiento de jabalina, auténtico deporte nacional junto con los deportes de invierno. No obstante, y a falta de nuevos ídolos, la impresionante estampa del atleta de Myrskylä se estira en el tiempo agigantándose hasta la actualidad a la espera de un digno relevo a quien entregarle el testigo mientras nos recuerda que las cosas no siempre fueron del mismo color.