domingo, 20 de abril de 2014

Subida al Castillo de Herrera del Duque

Viernes Santo. 11:30 h. Aprovechando que pasaba unos días en Herrera del Duque (mi pueblo consorte, como me gusta llamarlo) no podía dejar pasar la oportunidad de afrontar la subida a su castillo y de esta forma cambiar el habitual rodaje de los días festivos por algo más "jugoso". 
Vista desde el camino de Consolación
Como desde el pueblo al Castillo la distancia es demasiado corta, apenas 3 kilómetros, decidí empezar con algún entrante antes de dar cuenta del plato principal, y de paso aumentar la penitencia, ya que estamos en semana de pasión. Así, en lugar de buscar la pista que conduce desde el pueblo al castillo, decido rodear la Sierra de Consolación a través de pistas forestales que me llevarán a ascender al castillo por la ladera sur. A la hora citada salgo del casco urbano y, tras un kilómetro por una pista de tierra en buen estado, tomo el camino asfaltado que conduce a la Ermita de Consolación. Tras unos 200 metros llanos, el desnivel es cada vez mayor, con rampas en torno al 27%. Apenas he recorrido 3 kilómetros cuando llego a la cruz que hay cerca del Collado Mayoral, punto en el que se inicia un pequeño descenso a través de una pista que rodea la Sierra de Consolación. Desde este punto las vistas son impresionantes: El Valle de Consolación, la Sierra de la Mora y la más lejana Sierra del Escorial nos invitan a recorrerlas y descubrir sus infinitos encantos, y es que esta zona está pidiendo a gritos una carrera de montaña (espero que alguien de la FEXME lea esto y al menos valore esa posibilidad).
Terreno perfecto para el trail
El entorno es perfecto para el trail, paisaje de media montaña, pistas con piedras y raíces pero no excesivamente técnicas y continuas subidas y bajadas que hacen complicado mantener un ritmo constante. Tras 2 o 3 kilómetros de toboganes, el camino vuelve a empinarse hasta alcanzar el Collado Mejorado, por encima de los 700 metros de altitud. A partir de ahí una nueva bajada que conduce hasta un cruce en el que hay que tomar el camino a la derecha (¡siempre hay un camino a la derecha!), punto en el que nos despedimos de la tierra y las piedras y damos la bienvenida a un camino perfectamente empedrado para afrontar el tramo más duro del recorrido.
Penúltima rampa
Desde el inicio no hay tregua, el camino es un continuo zig-zag para evitar pendientes aún mayores, lo que provoca la sensación de que el castillo "se aleja" cuando parecía más cercano.  En ese momento la temperatura es de 29ºC y mi botella de agua hace tiempo que está vacía, así que, tirando de fuerza de voluntad hago un último esfuerzo para no pararme, dos curvas más y me planto ante la puerta del castillo tras casi una hora de carrera. El premio al esfuerzo es una vista espectacular, pues estoy a 744 metros de altitud, en uno de los puntos más altos de la sierra.
Panorámica desde el castillo
A pesar de que el objetivo era subir al castillo, lo mejor de todo es el recorrido previo que me ha llevado hasta allí, pues es una gozada poder sumergirte en la naturaleza en completa soledad y en medio de un silencio que solo se ve interrumpido por el canto de algunas aves y el crujir de las ramas bajo las zapatillas; eso para mí no tiene precio. El recorrido total consta de algo menos de 10 kms., con un desnivel acumulado de 800 metros. Si no conocéis esta zona de Extremadura os animo a que lo hagáis con calma, con tiempo, con tranquilidad, y que no olvidéis meter las zapatillas de trailrunning en el equipaje.

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