miércoles, 10 de septiembre de 2014

Un poco de "Urban trail" en Badajoz

Flat is boring. Así reza el eslogan de una conocida marca muy popular entre los corredores de montaña. Y la verdad es que lo es, al menos para mí, cada día más. Desde hace algún tiempo tengo la intención de, poco a poco, ir dejando de lado el asfalto para centrarme más en carreras de montaña. El año pasado tomé parte en la I Subida a la Lamparona y la experiencia fue de lo más gratificante (espero que la FEXME vuelva a incluir esta prueba en el calendario), y este año participé en la Carrera de montaña Ciudad del Granito, que se disputa en Quintana de la Serena, y a pesar de la dureza de los casi 28 kilómetros de que consta esta prueba y de lo que sufrí, nada más cruzar la línea de meta el primer pensamiento fue volver a la siguiente edición. 

Una inoportuna lesión en el soleo de mi pierna derecha y la falta de entrenamiento adecuado han evitado que volviese a este tipo de carreras antes del parón estival. Uno de los problemas que veo a la hora de afrontar este cambio es que no puede hacerse todo lo progresivamente que a uno le gustaría, pues salvo excepciones en las que se incluyen carreras de promoción, las pruebas del calendario FEXME suelen ser muy duras, no solo en desnivel, lo cuál es lógico si hablamos de montaña, sino en cuanto a distancia. El otro problema es que Badajoz no es el mejor entorno posible a la hora de realizar entrenamientos específicos para afrontar carreras de montaña, pero como se suele decir, "en todas partes cuecen habas". 
Una de las opciones es el Parque de Tres Arroyos (San Isidro para los amigos), pero no siempre apetece coger el coche para ir a entrenar o bien la tirada no es suficientemente larga como para ir y volver corriendo, así que últimamente estoy entrenando en el entorno del Arroyo de los Rostros y caminos aledaños, donde se pueden encontrar bastantes cuestas, algunas con un desnivel considerable y zonas de piedras sueltas. El circuito es bastante completo: Se puede acceder desde el camino que va paralelo a la Nacional V, sentido Madrid; se trata de un camino llano que discurre entre maizales y por el que recorreremos unos tres kilómetros que nos servirán para calentar. A la altura de la rotonda que da acceso a la A-5 tenemos que cruzar la carretera y seguir unos metros en dirección a Cerro Gordo, y unos 100 metros antes de la rotonda que da acceso a este barrio pacense, tomaremos el primer camino que sale a la derecha, y que cruza bajo la A-5. 

Justo entonces encontramos una cuesta con un desnivel enorme y con roca suelta, y a partir de ahí y conforme se avanza hay distintas opciones para completar un entreno de trail con cuestas, terreno roto, algún sendero poco transitado, y que nos permite volver por donde hemos venido o hacer un recorrido circular que nos llevará de vuelta a Badajoz por el camino de Los Rostros en dirección a La Atalaya y la Carretera de la Corte. Si optamos por esta segunda alternativa, una vez en el camino de los Rostros, a la altura de la estación eléctrica de Cerro Gordo, podemos tomar el camino que sale a la izquierda que nos conducirá hacia el Parque de Tres Arroyos para seguir con el entrenamiento y completar una distancia de unos 20 kilómetros. Así que con estos mimbres cuando esté en Badajoz y con los de la Sierra de Magacela los fines de semana que me escape a La Haba iré acumulando kilómetros y cogiendo forma para lo que se avecina.

Bye, bye road. 

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