lunes, 3 de abril de 2017

III Carrera por Montaña "El Calvario de La Zarza"

Justo una semana después de la prueba disputada en Arroyomolinos de Montánchez tocaba poner rumbo al corazón de la provincia de Badajoz, a la localidad de La Zarza, para afrontar la III Edición del Trail El Calvario, que, en esta ocasión, tendría la modalidad de contrarreloj. Nuevamente fui acompañado por Ariel, y, tras un par de despistes al volante, logramos llegar a la entrega de dorsales con apenas diez minutos de margen para recoger los mismos, cambiarnos, y hacer un ligero calentamiento por los aledaños de la salida. La salida del primer corredor estaba prevista a las 10:00 horas, Ariel saldría a las 10:02 y mi turno llegaría a las 10:24.
Así que, entre saludos, calentamiento y demás, llega el momento en el que nos llaman a la cámara de salida, cuenta regresiva y a correr. Ha sido la primera vez que disputaba una prueba contrarreloj, por lo que todo resultaba un poco novedoso: El hecho de no salir en grupo, no tener referencias del todo válidas...Tras los primeros doscientos metros en llano, las primeras cuestas no se hacen esperar, y toca acortar zancada aún en las calles de La Zarza: La cosa prometía, y las piernas no estaban para muchos excesos tras la carrera de la Sierra de Montánchez y con solo un par de entrenos suaves durante la semana. Tras una cuesta abajo bastante pronunciada, cruzamos la carretera y afrontamos las primeras rampas serias, las que nos llevarían a la cota de Cerro Gordo, apenas sobrepasado el primer kilómetro, las cuales enlazarían con la subida al Pozo Airón, de bastante más dureza, momento en el que me veo sobrepasado por Carlos Caro, corredor del Comesuelas, que va como una moto.
Salida. Foto: Emilio Vicioso
A partir de ahí, un descenso bastante bonito entre olivares y monte bajo en el que se podía correr a buen ritmo, y que me permitió dar alcance a varios corredores que habían salido antes que yo. Tras el descenso, giro a la izquierda para afrontar el ascenso a La Calderita, en este punto podría decirse que la carrera empezaba "de verdad", hasta ahora había sido un aperitivo. Un sendero espectacular nos conduce a la parte más alta de la sierra, corono junto a Rafa Bernal, del Comesuelas, y justo detrás llega Víctor Rodríguez, a la postre, ganador de la prueba (me había tocado salir con todos los miuras detrás). Tras unos metros cresteando por la parte más alta de la sierra, iniciamos un descenso vertiginoso, aprovecho para "chupar rueda" y bajo pegado a Bernal y a un corredor del Mérida Trail, pues Víctor nos ha pasado a los tres y lleva un ritmo imposible de seguir. Al final del descenso damos alcance a un grupo de cinco corredores y llegamos al primer avituallamiento, en el kilómetro 5,4. El siguiente tramo de la carrera fue el que menos me gustó, algo más de kilómetro y medio de "falso llano", de esos que a mí particularmente me rompen el ritmo y me acaban pasando factura (ya me pasó en La Parra). Tras superar esa parte tocaba enfrentarse a la subida más exigente del día, la del Puerto de Las Hoyas.
Algo más de medio kilómetro con una pendiente del 33%, solo apto para paladares "exquisitos". Tocaba poner las manos en las rodillas, mirar al suelo y confiar en que la tortura no durase demasiado. Este ascenso me recordó muchísimo a la subida al Camorro, de Castañar de Ibor. Una vez alcanzo la cima, me giro unos segundos para contemplar las espectaculares vistas del embalse y el Castillo de Alange. A partir de ahí el descenso es vertiginoso, aunque muy peligroso; a diferencia de los senderos duros y compactos, este era de los de tierra y roca suelta, así que, tras varios amagos de "salida de pista", echo el freno de mano y empiezo a tomarme la carrera con relativa calma a partir de ese punto. Justo antes del kilómetro 8,5 está situado el segundo avituallamiento, otra breve parada y a seguir. A la altura del cartel que indicaba el kilómetro 10 veo a Ariel afrontando las rampas del Cerro Busca, que a esas alturas de carrera parecían más duras de lo que probablemente sean.
Le animo, hacemos un par de kilómetros juntos, estaría bien poder entrar juntos en meta, pero al iniciar la última subida del día, la de los Pinos de Cerro Gordo, me dice que tire, que va muerto, así que decido apretar un poco en ese último tramo de carrera, al igual que me ocurriera la semana anterior en Arroyomolinos de Montánchez, me encuentro bien, y voy a terminar con mejores sensaciones de las que imaginaba hacía no mucho tiempo. Así que en ese último kilómetro y medio logro alcanzar a tres corredores más antes de llegar de nuevo a La Zarza, un poco de callejeo, escucho nuevamente la voz de la speaker, y veo el arco de meta...tan lejos hacía un rato...tan cerca en este momento...Objetivo cumplido: Volví a correr sin cronómetro, solamente por sensaciones, con la idea de ir nuevamente terminando carreras y teniendo continuidad tras unos meses bastante duros en cuanto a lesiones que han provocado que me haya perdido varias carreras que tenía marcadas en el calendario. 

Misión cumplida. Foto: Emilio Vicioso
En cuanto a la carrera, me ha parecido espectacular; un diez para la organización, muchos voluntarios, recorrido muy bien señalizado, avituallamientos completos...Tiene un mérito increíble organizar una prueba así en una zona donde las cotas más altas apenas superan los 500 metros de altitud. Recorrido muy completo, con subidas duras, zonas técnicas, mucha piedra, mucha roca suelta y alguna zona de llaneo para los "velocistas" (a mí son las que menos me gustan...). Muy contento de haber participado en esta prueba a la que, sin duda, volveré en próximas ocasiones, y espero hacerlo en un estado de forma que me permita conseguir objetivos algo más ambiciosos.

Datos de la carrera:
Distancia: 14,3 kilómetros
Desnivel acumulado: 1.364 metros
Pendiente media: 9,4%
Pendiente máxima: 33%
Tiempo empleado: 1:52:28

Gracias a la organización y a l@s voluntari@s por un trabajo estupendo, y, por supuesto, a l@s fotógraf@s que me han "prestado" las fotos que ilustran la crónica de este modesto corredor.

Nos vemos corriendo.